martes, 11 de enero de 2011

La toná

La toná es un palo flamenco matriz, es decir, el originario de otra serie de palos posteriores. Es, por tanto, una de las formas más antiguas del flamenco.
Su origen se sitúa en los romances castellanos, adaptados por los gitanos bajo-andaluces como propios y denominados corríos. Etimológicamente toná deriva de tonada, es decir acento musical. Su desarrollo hasta convertirse en un cante gitano tiene lugar durante el siglo XVIII, pues algunos autores hablan de que, hacia comienzos del siglo XIX, existían unas 33 clases diferentes de toná atribuidas a gitanos de Jerez o Sevilla, aunque muchas de ellas no han llegado hasta nosotros ni han podido ser identificadas. Todas las tonás que se conocen hoy en día responden a una misma línea melódica, diferenciándose exclusivamente por las letras.
De la toná provienen directamente palos como la Saeta, el Martinete, la Debla y, en general, los cantes sin acompañamiento. Probablemente también las primeras seguiriyas.


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